El trabajo en los entornos tácticos, desde el campo de batalla hasta las misiones de rescate, presenta cada día innumerables desafíos. En situaciones en las que todo puede cambiar en un breve instante, con poco tiempo o ninguno para reaccionar, el éxito en los campos tácticos requiere precisión, conciencia y protección.

En los entornos tácticos, el riesgo de sufrir lesiones graves está siempre presente y los ojos pueden resultar dañados por muchas causas, entre otras por explosivos, ataques y fragmentos que salen despedidos. El equipo de protección individual (EPI), en el que deben incluirse las gafas balísticas, es esencial para desenvolverse en situaciones tácticas.

 

¿Dónde encontramos entornos tácticos?

En nuestras ciudades

Durante los disturbios y las protestas, las calles pueden convertirse en un campo táctico. Tras la muerte de George Floyd en mayo de 2020, los Estados Unidos fueron testigos de las protestas populares más multitudinarias que ha habido en décadas. Estas protestas también se extendieron por otras ciudades de todo el mundo.

Las fuerzas policiales de todo el país utilizaron proyectiles de impacto cinético, como balas y pelotas de goma, para controlar la multitud y los disturbios. Aunque estas se utilizaron por ser un tipo de defensa menos letal, numerosas personas de ambos bandos resultaron heridas. La American Academy of Ophthalmology informó de que más de 20 participantes de dichas manifestaciones sufrieron lesiones oculares graves y siete perdieron un ojo. En las protestas de Portland se notificaron 113 heridas oculares entre los agentes de policía, la mayoría por punteros láser.

Cada día, los agentes de policía se encuentran en situaciones peligrosas, como emergencias, situaciones con rehenes y tiradores activos, en las que puede ocurrir cualquier cosa. También están en primera línea de defensa otros cuerpos de intervención, como los bomberos y los paramédicos, que corren el riesgo de sufrir lesiones oculares similares.

 

En el campo de batalla

Cuando hablamos de entornos tácticos solemos pensar en los campos de batalla. En este entorno hay un mayor riesgo de lesiones. Los campos de batalla son entornos hostiles y los soldados pueden verse afectados por el sol agobiante, la arena, la suciedad y otros alérgenos. Las fuerzas de élite a menudo participan en operaciones aéreas, situaciones con rehenes, así como en rescates en la montaña y en el mar.

Los soldados corren el riesgo de sufrir lesiones oculares por la explosión de artefactos explosivos improvisados, morteros y cohetes. Las fuerzas armadas también tienen que manipular en ocasiones disolventes y combustibles que pueden provocar graves bajas oculares por conjuntivitis química. La protección ocular de combate militar es esencial para proteger los ojos de innumerables amenazas.

Para actividades lúdicas

Aunque para las actividades lúdicas se utilizan normalmente pistolas  de paintball, de perdigones, de aire comprimido y de balas de fogueo y se comercializan como no letales, estas  pueden causar lesiones importantes. Las lesiones oculares provocadas por estas armas de fuego sin pólvora han aumentado un 50% desde 1990. Las lesiones causadas por las armas de aire comprimido pueden provocar hemorragias en el interior del ojo, escamas en la córnea, desprendimiento de retina y rotura del globo ocular.

Los deportes de tiro y la caza en matorrales y bosques pueden implicar el riesgo de lesiones si las ramas golpean el ojo, especialmente cuando se sigue de cerca a algún animal. La corteza de los árboles, la suciedad, las hojas y los insectos... cualquier tipo de material orgánico puede entrar en los ojos. También está siempre presente el peligro de ser disparado por otro cazador. Cuando se practica el tiro al plato o a otros blancos, los fragmentos del blanco pueden salpicar en el ojo.

La pesca es un deporte relajante, pero no está exento de lesiones oculares traumáticas. Los anzuelos pueden arañar o incrustarse en el globo ocular o en el párpado. Los señuelos y plomos de pesca, e incluso los sedales que se lanzan a gran velocidad y golpean el ojo, también pueden provocar lesiones. Las cañas y carretes pesados también pueden causar lesiones, sobre todo cuando un pez de gran tamaño tira de ellos y los arrancan de las manos.

Principales causas de los accidentes tácticos

Armas químicas

Las armas químicas modernas utilizadas en los entornos tácticos incluyen gas nervioso, gas lacrimógeno y spray de pimienta. El spray de pimienta provoca el cierre inmediato de los ojos, lo que no suele ser perjudicial, pero puede causar una grave irritación cuando se rocía a corta distancia. Frotarse los ojos repetidamente después de haber sido rociados con pimienta puede ocasionar daños en la córnea.

El gas lacrimógeno puede dejar cicatrices en la córnea, pudiendo incluso provocar la pérdida permanente de la agudeza visual. En los disturbios, a veces se lanzan botes de gas lacrimógeno contra los agentes: ser golpeado por uno de ellos en la cara puede provocar daños en los ojos y ceguera.

Tear gas can scar the cornea which can lead to a permanent loss of visual acuity. In riots, tear gas canisters can be thrown back at officers -- being hit by one in the face can lead to eye damage and blindness.

Explosiones

Cuando se detonan materiales explosivos, las ondas expansivas pueden causar daños a las personas y a sus ojos. La explosión inicial provoca una onda de choque que puede dañar los tejidos corporales, incluidos los de los ojos, y romper órganos. Las lesiones secundarias de la explosión son las producidas por fragmentos o cristales que salen despedidos, la suciedad y otros materiales peligrosos que pueden incrustarse en el ojo. Las lesiones terciarias se producen cuando los individuos son propulsados hacia atrás, mientras que las lesiones cuaternarias son consecuencia de la exposición a productos químicos, quemaduras y gases tóxicos.

Armas ligeras

Las balas y pelotas de goma y las pistolas de descarga eléctrica son un tipo de armas menos letales que se suelen utilizar en actuaciones policiales y de combate, que pueden provocar un impacto dañino en los ojos. Las balas de goma pueden causar ceguera, cataratas, hematomas en la retina, hemorragias oculares y luxación del cristalino, entre otros efectos. Incluso los cañones de agua pueden tener una presión lo suficientemente fuerte como para causar lesiones oculares y la pérdida de los ojos.

El chaleco antibalas es imprescindible en el campo táctico, pero lo son las gafas de protección

 

Para actuar adecuadamente en entornos tácticos es necesario tener una visión clara para completar las misiones, salvar vidas y mantenerse a salvo. El ojo humano es uno de los órganos más pequeños de nuestro cuerpo (alrededor del 0,02% de la masa corporal) y también uno de los más frágiles. Las lesiones oculares son comunes en el campo de batalla, en las calles y en las actividades lúdicas, por lo que es esencial contar con unas gafas de protección adecuadas.

Las armas modernas causan más lesiones oculares debido a las explosiones, el calor y los fragmentos balísticos. Las gafas de protección diseñadas para el deporte, la protección solar y el polvo, o para otros sectores, no resisten estos ataques. Entornos hostiles como estos requieren gafas de alta tecnología con clasificación balística para proteger los ojos frente a las armas y las explosiones.