El tiempo que pasamos mirando pantallas es cada vez más prolongado y se ha visto agravado por la pandemia del COVID-19 y el trabajo a distancia. Hoy en día pasamos una media de 4,8 horas diarias frente a nuestros teléfonos móviles, y esta cifra va en aumento cada año. 

Según un estudio publicado por el International Journal of Ophthalmology, la exposición prolongada a la luz azul aumenta la fatiga visual y la miopía. El estudio constata que la luz azul atraviesa la córnea y el cristalino del ojo hasta llegar a la retina, y puede causar enfermedades como cataratas, sequedad ocular y degeneración macular asociada a la edad.

La exposición a las fuentes de luz azul comienza ya desde la infancia. Es importante prestar atención a la protección ocular de los niños, los adolescentes y otras personas que pasan mucho tiempo mirando fijamente las pantallas, como los Gamers o aquellas que utilizan pantallas para trabajar. Para evitar los riesgos a largo plazo de la exposición a la luz azul, debe considerarse el uso de una protección adecuada desde una edad temprana y en el lugar de trabajo. 

¿Cuándo estamos más expuestos a la luz azul? 

 

Ya se sabe que los dispositivos digitales emiten luz azul, pero en realidad la mayor fuente de luz azul procede del sol. La luz azul tiene más energía por fotón que otros colores del espectro visible, por lo que, según la Harvard Medical School, hay una mayor probabilidad de que provoque daños al ser absorbida por las células del cuerpo. 

Además del sol, otras fuentes de luz  son las luces fluorescentes y LED, las bombillas CFL (luz fluorescente compacta), los televisores LED de pantalla plana y todo tipo de monitores de ordenador, tabletas y pantallas de smartphones. Estos tipos de iluminación son habituales en la mayoría de los lugares de trabajo, como oficinas y fábricas. También se utiliza frecuentemente en los hospitales y otras áreas sanitarias tecnología como las pantallas de monitorización. Según la Harvard Medical School, mirar directamente LED de consumo de alta potencia, como las linternas de uso militar y otras luces portátiles puede ser perjudicial. 

La exposición a la luz azul aumenta cuando los ojos están cerca de las pantallas y durante el tiempo que pasamos mirando nuestros dispositivos electrónicos. Debemos tener en cuenta cómo utilizamos estos dispositivos a diario.

¿Cómo afecta la luz azul a nuestros ojos?

 

La Prevent Blindness organization afirma que la luz azul aumenta de forma natural nuestro estado de alerta durante el día, regulando los ritmos circadianos y ayudando a la memoria, la función cognitiva y el estado de ánimo. Pero una exposición prolongada a la luz azul durante la tarde y la noche puede alterar los ciclos de vigilia y sueño. 

Optometristas de la  American Optometric Association señalan que una sobreexposición a la luz azul puede provocar fatiga visual digital, problemas de sueño, visión borrosa, así como dolores de cabeza, cuello y hombros, entre otros problemas. Los efectos a largo plazo de la exposición a la luz azul aún no se han determinado, pero las personas se exponen a una edad cada vez más temprana.

Según la Comisión Europea de Salud Pública, Los niños tienen una mayor sensibilidad a la luz azul, ya que puede provocarles daños en la retina, siendo especialmente preocupante en niños menores de 3 años. Los adolescentes y los jóvenes suelen estar expuestos a fuentes de luz LED durante largos periodos, como las de los auriculares de realidad virtual. 

Cómo proteger nuestros ojos de los peligros de la luz azul

 

Según la American Optometric Association, aunque el 88% de los estadounidenses sabe que los dispositivos digitales pueden afectar negativamente a su visión, pasamos un promedio de siete o más horas al día delante de las pantallas. Pero debemos ser más consciente y limitar los efectos negativos de las pantallas en los ojos. 

Descanse la vista regularmente siguiendo la regla “20-20-20”. Cuando esté mirando una pantalla, tómese un descanso cada 20 minutos para desplazar los ojos y mirar un objeto que esté al menos a 20 pies de distancia (6 metros) durante al menos 20 segundos. Esto ayudará a reducir la luz azul y la fatiga visual digital. 

Utilice gafas que filtren la luz azul para proteger los ojos. Problu 420 es una tecnología de bloqueo que filtra el 100% de la luz azul dañina hasta los 420 nm. Esta tecnología incorporada se combina con un tratamiento antirreflejante opcional en el interior de la lente que aumenta la claridad y mejora la visión.

Pueden colocarse protectores de pantalla contra la luz azul en ordenadores y otros dispositivos. Sin embargo, algunas investigaciones recientes  han demostrado que acciones como disminuir el brillo de la pantalla y utilizar el modo nocturno mediante los ajustes del dispositivo, es más eficaz para reducir la luz azul que los protectores de pantalla. 

Las gafas de sol pueden proteger los ojos contra la dañina luz ultravioleta (UV). Para el exterior, elija gafas de sol que bloqueen entre el 99 y el 100% de los rayos UVA y UVB y entre el 75 y el 90% de la luz visible.

La exposición prolongada a la luz azul puede tener efectos nocivos para nuestra salud y visión. Debe prestarse atención a los ojos de los niños y adolescentes y de aquellas personas que puedan ser vulnerables a los problemas relacionados con las pantallas. Aunque la luz azul es muy frecuente en los lugares de trabajo, el uso de protecciones y técnicas adaptadas evitará daños y protegerá los ojos.